miércoles, 11 de julio de 2012
Borro
Intento terminar de escribir el relato, pero no puedo concentrarme. Si no es la charla de las visitas, es el ruido de los autos al pasar. Ni siquiera en la clausura del estudio encuentro la tranquilidad que me permita escuchar mis propios pensamientos. Miro ansiosamente el reloj. Todavía no.
Tipeo, borro, tipeo. Releo, corrijo, prosigo, resumo, reniego... Decido descansar un minuto. No se para qué me esfuerzo tanto.
Borro.
Solamente tengo que esperar. Al principio me daba miedo, pero siento que ya me he acostumbrado.
Me tiro boca arriba en el sofá, los brazos cruzados sobre el cuerpo, los ojos cerrados. Trato de ver adentro. Me cuesta delinear las formas. No termino de entender. No encuentro nada de lo que busco. Miro preocupado el reloj. Todavía no.
Me levanto, camino por el cuarto con gesto amargo. Trato de recapitular lo que llevo escrito. No le encuentro mucho sentido. No me entusiasmaría mucho leer eso. No vale demasiado la pena. No se para qué me esfuerzo tanto...
Borro.
De pie, inclinado sobre la computadora, me pierdo un momento observando el cursor. Aparece, desaparece, aparece, desaparece. Miro anhelante el reloj. Todavía no.
Lo que eliminé era malo, lo que queda aún peor. Me siento en la silla, desilusionado. Nada tiene forma, no logro entender. No encuentro nada de lo que busco. No se para qué me esfuerzo tanto...
Borro.
Ahora no queda nada.
Miro sobrecogido el reloj. Todavía falta, pero de todas maneras siento algo.
Se ha adelantado. O el reloj no funciona. O acabo de perder todo rastro de control.
No se si alegrarme u horrorizarme.
Al fin y al cabo no valía la pena esforzarse tanto tratando de encontrar claridad en mis propios pensamientos.
Es mejor que me limite a escribir lo que dicen las otras voces.
Autor: dakonero
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