jueves, 12 de julio de 2012

Animales congelados - El Último Paso (¡pero no el mío por suerte!)

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Quiero contarles algo sobre mi: soy estudiante de Psicología. Acabo de terminar el cursado del primer cuatrimestre de este año; tengo que ir pensando en los exámenes finales que puedo rendir.

Hasta hace una semana estuve enredado con parciales. El que esté en la misma situación (o haya estado) sabe a qué me refiero. En algún momento pensé en largar todo, dedicarme a dormir, hacer cualquier cosa con tal de no tener que afrontar esa responsabilidad. Afortunadamente, aunque es algo que me sucede siempre en época de exámenes, de alguna manera logré sobreponerme, como suele ocurrir al final.

Tuve que recuperar un parcial. No tenía ganas. Me sentía bastante desilusionado. Quería saltarme la semana, pasar directamente a las vacaciones...

¿A qué viene tanto prólogo revelador? A que estando en esa situación, me encontré con esto.

Son animales. Muertos. Congelados por el frío despiadado de regiones inhóspitas. Imagínense, especialmente los que son de zonas de clima cálido (como yo), lo insoportable de una temperatura de -10ºC, -20ºC, -30ºC... son animales adaptados a temperaturas extremas, que de todos modos no pudieron sobrevivir.
Se dice que la muerte por congelación es una muerte bastante tranquila. Después del miedo, la desesperación, el enojo o lo que sea, lentamente un sueño mortífero se va apoderando de uno. No duele, el cuerpo está como anestesiado, e inevitablemente la oscuridad te lleva sin que te des cuenta.

Pero estos animalitos no se durmieron. Le dijeron que no al sueño asesino, le dieron la espalda al letargo, al cansancio, a la nieve, al miedo. Cuando no pudieron más, se convirtieron en estatuas. Monumentos de su propio lucha, y más que merecidos: su última acción en este mundo fue sencillamente seguir avanzando.

En otras circunstancias esto no hubiera tenido gran efecto sobre mi, o al menos eso creo. Y a riesgo de resultar empalagoso o cursi, tengo q reconocer que en algún punto estas imágenes me movilizaron.
Falta todavía para que llegue el momento de mi último paso. Espero que falte mucho...
Mientras tanto, no tengo excusa para darme por vencido y dejarme llevar por oscuridades de morondanga.