Camina sobre las puntas de sus dedos, vestido de puro negro, con la mirada vacía y un gesto inescrutable. Vestido de negro o desnudo, oscuro. Se mueve sin hacer ruido, se acerca a tus espaldas en silencio, balanceándose sobre la longitud de sus espigados miembros, en un vaivén acechante. Si acaso respirara, podrías sentir su aliento en tu cuello. Se asoma y ve lo que tú estás viendo, por encima de tu hombro.
Un imitador extremo del Silencioso Mirón
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