Una recopilación de historias brevísimas, para el disfrute de todos. Son solo algunos de los miles de microcuentos que pueden hallar por toda la Web. Personalmente me gustaron mucho, incluso me dan ganas de escribir algo así, aunque no es lo mío...
Si alguien tiene un cuento que desee compartir, puede enviarlo a nuestra casilla de gmail veamosunademiedo@gmail.com y será publicado, saludos!
CUENTO DE HORROR por Juan José Arreola
La mujer que amé se ha convertido en fantasma. Yo soy el lugar de sus apariciones.
http://zeppelinrockon.blogspot.com.ar/2012/10/juan-jose-arreola-cuento-de-horror-y-el.html
LA ÚLTIMA CENA por Ángel García Galiano
El conde me ha invitado a su castillo. Naturalmente yo llevaré la bebida.
UN TIPO por Fabio Rodríguez de la Flor
Era bastante imbécil. Trabajaba en uno de esos parques temáticos. En invierno se vestía de Silvestre y en verano de Piolín. Los psiquiatras le diagnosticaron síndrome de doble personalidad. Era bastante imbécil. Sonreía dentro de la careta cuando le hacían una foto. Murió el año pasado. Un chaval precoz de once años con pelo largo y ojos guionados le prendió fuego a la poliamida con la punta de un cigarro.
El pobre imbécil se pasaba la mitad de un año persiguiendo y la otra mitad perseguido, la mitad de un año de blanco y negro y la otra mitad amarillo y naranja. Cada uno de esos trajes representaba una personalidad y una temporada, igual que el olor a pipas impregnaba sus tardes de domingo. Su pobre mujer guarda el único traje de trabajo dentro del ropero, en un sepulcro hecho con miles de bolitas de alcanfor, como si fuera un monumento marca ACME. Murió en verano, así que es Silvestre el que yace en el armario.
http://www.materialesdelengua.org/LITERATURA/TEXTOS_LITERARIOS/CUENTOS/microcuentos.htm
EL DISFRAZ PERFECTO por Psitacosis
– ¡Con diez cañones por banda…!
- ¡Ponte el disfraz de una vez, que vamos a llegar tarde!
- Ya casi estoy, mira. Sólo me falta el parche.
El niño se marchó a su cuarto. Se miró con atención en el espejo, se puso el parche, y comenzó a sentirse incómodo, de manera que terminó por quitárselo. Se miró el ojo derecho con detalle, primero lejos del espejo y luego tan cerca que no lo distinguía. Notó que le faltaba algo importante. Sonaron sus pasos apresurados por la tarima.
Acercó la mano al bote del escritorio: unas tijeras, un punzón, una grapadora, lápices de puntas afiladas… Su madre gritó:
- ¿Quieres darte prisa de una vez?
Eligió el punzón apresuradamente y lo clavó con tanta fuerza y decisión como le fue posible. Un grito ahogado. Silencio. La mujer subió y lo encontró sentado frente al espejo, con el punzón en la mano y el parche en el ojo. Había sangre por todo el escritorio.
- ¡Dios santo! ¿Pero qué has hecho?
- El loro no se quedaba quieto en mi hombro.
http://www.somosmalasana.com/cosas-utiles/diez-microrrelatos-de-terror-y-suspense/
ZOMBIE por Moisés Alvarado
"El mundo se derrumba, cae en mil pedazos, te descontrolas, lloras, ¿qué cresta hacer?, te cuestionas, ¿qué he hecho?, ¿qué deje de hacer?, gritas, ¡por la cresta!, sigues cayendo, sigues sin saber por qué, intentas ordenar ideas, intentas darte vuelta para no caer tan duro, sigues en caída libre, te preguntas a qué tienes que aferrarte, ¿amor?, ¿odio?, ¿dios?, pierdes el rumbo, vas en picada, directo a una muerte segura, te resignas, cierras los ojos, respiras profundo, sacas una leve sonrisa, sientes el frío en tu cara, te levantas, te bañas, te vistes, y vas a trabajar, ya no caes, pero estás muerto."
http://territoriomuerto.blogspot.com.ar/2011/08/microcuentos-de-terror.html
EL DESCARRILAMIENTO DEL TREN FANTASMA
No se cómo fue que se salió de las vías. Los rieles vencidos, las ruedas gastadas; falta de mantenimiento en los parques de diversiones no es cosa rara... Lo extraño fue el modo en que los decapitados salían despedidos para los cuatro costados, como volaban guadañas, cabezas de hombres lobo, tarántulas arrastrando telarañas de nylon, hachas, vampiros de alambre, verdes ojos desorbitados, calderos de brujas, babas infernales. La gente vomitaba a su antojo, se orinaba en los asientos, se aferraba a su hermana, se bajaba y se caía rodando como todo lo que el tren arrasaba. Era un bólido, una masa rugiente de pernos y resortes en danza, un tren descarrilado y con nosotros adentro, y gritando, gimiendo, gritando... Y sin embargo, algo lo frenó a la salida, un impulso neumático, un pedazo de fierro. Entonces nos bajamos temblando, alisando nuestros cabellos parados. Y todos, al mismo tiempo, corrimos a formar una larga fila en la entrada.
http://schchile.bligoo.com/content/view/310776/Dulce-o-truco-Microcuento-de-terror.html#.UQrANx2goZQ
ke miedo jajaaa
ResponderBorrar😮me dio un poquis de miedo
ResponderBorrarQuise escribir un relato de terror...pero me acojoné. Luis Manteiga Pousa.
ResponderBorrarAnimate! Ese acojonamiento será por miedo a la imaginación desbocada que después nos traiciona con imágenes espeluznantes, o por ciertas dudas que aparecen a la hora de producir un texto para ser leído por otras personas?
BorrarPor ambos motivos. Aunque algo escribí. Pero ese era más bien un chiste malo.
ResponderBorrarPor las dos cosas. También por el miedo a dejar por escrito algo de lo que después me pueda arrepentir. Somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras, en cierto modo.
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