El día que conocí a Mary E., un día de verano de 2007, realmente
terminé hablando con una puerta; bueno, más que hablar con una puerta,
escuché los sollozos y las plegarias que venían del otro lado de esa
puerta. Hablé con Terence, el esposo de Mary durante 15 largos años.
Mary aceptó verme porque a mi edad era imposible que trabajara para
algún periódico y en realidad, yo no parecía otra cosa que un estudiante
obsesionado con algunos temas, ocupado en su carrera y -si todo salía
de acuerdo al plan- esperanzado en escribir algunas piezas de ficción,
en algún momento; y eso era todo lo que yo era.
Obtuve la dirección de su casa y acordé visitarlos en un fin de
semana en el que yo estaría en Chicago visitando a una tía. Terence me
recibió, Mary se había encerrado en su habitación. Acampamos junto a la
puerta durante media hora. Terence intentó calmarla, convencerla de que
saliera, pero fue inútil. Me entretuve tomando notas desde el banquillo
en el que el marido me instaló. No quise dar la entrevista por perdida y
traté de escuchar la discusión, captar algún dato. No logré entender
mucho de lo que Mary dijo, estaba histérica y no paraba de repetir
algunas cosas sobre sus pesadillas.
Tras varios intentos, Terence tiró la toalla y se disculpó conmigo.
Abandoné la casa un tanto desanimado, pero logré convencerme de que
aquello no era para tanto, después de todo, esto era un pasatiempo y
nada más. Además, si Mary nunca lograba salir de su cuarto, tenía que
haber alguien más. Mary era la administradora de un pequeño foro
electrónico de anuncios (un BBS), con base en Chicago, en 1992, cuando
tropezó con smile.jpg y su vida cambió para siempre.
Tenía apenas cinco meses de casada cuando pasó a formar parte de los
cuatrocientos usuarios que, se estima, abrieron el hipervínculo; ella,
sin embargo, es la única que ha hablado abiertamente sobre la
experiencia. El resto han permanecido en el anonimato o quizá han
muerto. Fue en 2005, cuando apenas cursaba la preparatoria, que
smile.jpg atrajo mi atención por mi creciente interés en los fenómenos
surgidos en internet; Mary solía ser la víctima que se citaba para darle
credibilidad a un fenómeno que también llegó a denominarse como
smile.dog.
Lo que más me atraía era el absoluto silencio en internet sobre la
cuestión, la gente familiarizada con los rumores y dispuesta a hablar
sobre ellos
los consideraba apenas un Hoax, pues incluso dedicando algunas horas a
la tarea, es imposible encontrar la imagen. Ciertamente, existen muchas
fotos manipuladas con la finalidad de hacerse pasar por la original y es
eso lo que uno va a encontrar en los primeros intentos con cualquier
buscador.
A la imagen original se le atribuyen efectos colaterales muy
significativos: ansiedad aguda, delirio y en algunos casos, epilepsia.
Creo que ese es el principal motivo de que el archivo sea apenas una
sombra, un fantasma que suele mencionarse de vez en cuando. ¿La censura
del tópico se apoya en el escepticismo o en el miedo? Ni smile.jpg, ni
smile.dog son mencionados en Wikipedia aunque virales más escandalosos
como goatse (hello.jpg) o 2girls1cup, cuentan con su propia entrada; así
mismo, cualquier intento de subir una contribución referente a
smile.jpg, es sistemáticamente eliminada por cualquiera de los múltiples
administradores de la enciclopedia en línea.
Al parecer, ya se hablaba de smile.jpg en los remotos tiempos de
usenet, e incluso existe una historia muy persistente sobre un hacker
que en 2002, inundó los foros de sátira y humor de Something Awful con
la imagen, volviendo epilépticos a casi la mitad de su público. Se
cuenta también, que para finales de la década de los noventa, una cadena
circuló vía eMail con el asunto: “SONRÍE, DIOS TE AMA!”. Sin importar
los altos márgenes de exposición que estos eventos supondrían, pocas
personas admiten haber tenido contacto con el archivo y hasta ahora,
ninguna página o vínculo convincente ha sido descubierto.
Aquellos que claman haber visto smile.jpg, suelen alardear agregando
que en el momento en que lo vieron estaban muy ocupados como para
guardar una copia en su disco duro. De cualquier modo, las descripciones
de las presumibles víctimas suelen tener algunos puntos de
coincidencia: un perro (cuando se especifica su raza, un husky
siberiano), iluminado por el flash de la cámara en una habitación en
penumbras; el único detalle que se distingue en la imagen es una mano
que surge desde la penumbra y, usualmente, no parece hacer nada más que
“posar” hacia el margen izquierdo.
Por supuesto, el enfoque de la imagen es el perro (o la criatura
similar a un perro, como también suelen llamarlo): el animal muestra una
par de filas de enormes, blancos y afilados dientes, con un gesto que
casi parece humano. Se suele agregar que la imagen se ha quedado dentro
de la cabeza del espectador y que conforme se repite, vuelve en momentos
de distracción durante el día, esta va envolviendo la mente, hasta el
punto en el que la imposibilidad de pensar en otra cosa se confunde con
la sensación de no poder mirar hacia otra parte y la imagen comienza a
despertar impresiones en los otros sentidos.
Estos episodios -por llamarlos así-, parecen estar relacionados con
los diagnósticos de epilepsia y también con la aparición de pesadillas,
nítidas y paulatinamente más inquietantes. Después de que la condición
empeora, el testigo suele terminar medicado y esto, al menos en algunos
casos, suele mitigar el proceso. Supongo que el tratamiento que Mary E.
tomaba, no fue parte de esos casos.
Después de regresar de Chicago, me dediqué a enviar mensajes de
solicitud a varios grupos de noticias, foros, sitios y listas de correo,
esperando encontrar el nombre de algún supuesto testigo de smile.jpg
que sintiese la necesidad de dar su testimonio. Pasó demasiado tiempo
sin ninguna respuesta y en algún momento, mi curiosidad comenzó a
apagarse; me encontraba camino a exámenes finales. Mary me envió un
mail, a principios de Marzo de 2008:
Para: jml@****.com
De: enherM@****.net
Asunto: La entrevista del año pasado
Todavía tengo mucha vergüenza por el modo como te traté cuando me
visitaste. Espero comprendas que no tuviste nada que ver con esto, fue
por mis problemas… Creo que hubiera podido ser más amable y espero que
me perdones. Tenía mucho miedo.
Me siento acosada. He vivido así durante 15 años. El perro viene a mí
en mis sueños, cada noche. Se que parece mentira, pero es cierto. Hay
algo, un color, algo que hace que las pesadillas que tengo no se
parezcan a ningún sueño que hubiera tenido antes… Ya no recuerdo tanto
los sueños que tuve antes. En mis sueños, nunca me muevo. Nunca hablo.
Simplemente estoy mirando la escena de esa foto horrible, veo la mano,
veo el perro y el perro habla.
http://creepypastas.com/smile.html
Este es de los clásicos, si habré visto supuestas fotos originales smile.jpg...
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