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viernes, 31 de agosto de 2012

NIÑO INSOPORTABLE



Cuando el padre repitió aquella queja de que el niño era insoportable, de que no había manera de controlarlo cuando se desbocaba, de que al llegar a casa siempre se encontraba con alguna nueva muestra de "inadaptación", recibió la única respuesta aplicable al caso.
-El niño no hará lo que usted le diga que haga, hará lo que vea que usted hace. Los niños siempre nos están observando.

MÁSCARAS





El día en que la venta de cámaras fotográficas experimenta un crecimiento abrumador, es aquél en el cual a los niños se les permite colocarse su verdadero rostro. Esta oportunidad, que solamente llega una vez al año, es aprovechada por los padres de todo el país para tomar alguna fotografía que les recuerde durante el resto del tiempo cómo son los hijos que crían. Pasada la fecha, se procede a despojar a los niños de sus caras para dejarlos con esa tersa máscara que llevan debajo, debiendo soportarla hasta que son adultos. A medida que van creciendo, esa máscara se va asemejando cada vez más al verdadero rostro de los mayores, por lo que no es necesario recurrir nuevamente a la aplicación de la cara de niño.
El resto del año las cámaras no se usan, por lo que suelen perderse o descomponerse. Llegado nuevamente el momento, las ventas se disparan una vez más.

jueves, 30 de agosto de 2012

MONSTRUOS: SILENCIOSO MIRÓN




Camina sobre las puntas de sus dedos, vestido de puro negro, con la mirada vacía y un gesto inescrutable. Vestido de negro o desnudo, oscuro. Se mueve sin hacer ruido, se acerca a tus espaldas en silencio, balanceándose sobre la longitud de sus espigados miembros, en un vaivén acechante. Si acaso respirara, podrías sentir su aliento en tu cuello. Se asoma y ve lo que tú estás viendo, por encima de tu hombro.

LA HORA DEL TÉ



Llegado el final del convite, el inmutable fotógrafo procedió a inmortalizar el evento en una artística imagen, que habría de adornar durante generaciones la fría pared del estudio. Sólo el fotógrafo vió la foto inalterada luego de revelarla, sólo él vio lo que el lente había captado. Siguiendo los imperativos de la sensatez y el buen gusto, procedió a oscurecer aquella cara carnosa y arrugada que arruinaba la composición. Entonces si, entregó la captura, bellamente enmarcada.

FREAKS!



¡Todos listos para la foto!
Guardo el mejor recuerdo de mis compañeros y profesores de secundaria.
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