Nuestro matrimonio protagonista viaja a Turquía con motivo de su luna de miel. Se alojan en el mejor hotel de Estambul. Al día siguiente visitan las mezquitas de la ciudad en una excursión programada.
Cuando regresan al hotel dejan la cámara de video, las postales que han comprado y todo lo demás en la habitación y se bajan al comedor a saborear las excelencias de la cocina turca.
Cuando suben para echar la siestecilla tras la comida se encuentran con que les han desvalijado la habitación. No queda nada de su equipaje, ni ropa, ni maletas, nada.
Sólo les han dejado la bolsa de aseo con los cepillos de dientes y el champú y la cinta que estaba dentro de la cámara de video encima de la cama.
Tras denunciar el robo descubren las excelencias de viajar a paises extranjeros, ya que les cuentan que han sido víctimas de un robo por parte de una mafia local que desvalija habitaciones de turistas haciéndose pasar por empleados del hotel.